El ajedrez es un juego milenario que simboliza a la vida, su organización y la resolución de sus conflictos, que sirve a la educación para modelar la personalidad del niño y realzar, descubrir o afianzar capacidades intelectuales. “El ajedrez se define como un juego, un deporte, un arte y una ciencia”.
La práctica de Ajedrez en nuestra institución constituye un espacio para el desarrollo del razonamiento, el espíritu crítico, la capacidad para buscar soluciones y toma de decisiones, la capacidad de concentración, la ejercitación de la memoria, el desarrollo del razonamiento lógico matemático, el incremento de la autoestima y la posibilidad de mayor sociabilidad. Todas ellas son capacidades y habilidades trasladables a diferentes campos disciplinares.
De este modo, la intencionalidad de la institución de incluir el aprendizaje y la práctica de este juego es la que influya positivamente en la adquisición –por parte del alumno – de conocimientos de otros espacios curriculares.
Desde nuestra perspectiva hablar de ajedrez escolar quiere decir preparase para asumir un proceso de aprendizaje- enseñanza capaz de ofrecer a los alumnos una preparación sistémica para emplear los recursos intelectuales (habilidades y destrezas además de conocimientos) que les permitan niveles de dominio cognitivo para resolver situaciones problemáticas de distinto tipo y grado. De este modo, se estará ayudando al alumno a obtener herramientas útiles para la construcción de su futuro y del futuro de la sociedad en la que le toque vivir.